¿MAÑANA O TARDE?
¿Se debe correr en la mañana o en la tarde?
En la mañana es la primera prioridad del día. Salir a correr con el Sol, empezar bien el día, la salud ante todo.
En la tarde, después de las preocupaciones diarias, es una recompensa, es poder finalmente terminar bien el día y hacerse un regalo a uno mismo. Es agotar las energías para dormir bien.
Correr es un ejercicio del cuerpo, pero también, en gran medida, de la mente. Correr abstrae la mente del cuerpo. Por la mañana ayuda a planear el día, lo que vendrá. Organiza ideas. Por la tarde sirve para despejarnos, sacar, o mejor dicho, sudar enojos, preocupaciones, repasar lo que se vió en el día y dar carpetazo a temas pendientes.
No hay una fórmula y cada quien finalmente termina acomodándose en gran medida a lo que permiten otras actividades. Acabamos haciéndolo en el tiempo que queda del día; en las sobras de la jornada. Y no debería ser así.
Sea para planear o repasar el día, correr debe ser una herramienta que nos servirá para poner en orden ese tercio de nuestro ser, la mente.
Entendiéndolo de esa manera, el ejercicio no es opcional, es mandatorio y prioritario.
Generalmente corro temprano… pero también he necesitado hacerlo tarde. Y sí funciona.
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