CIUDADES RUN FRIENDLY
Cuando dejé esta ciudad, hace más de 20 años, no era este siglo ni llevaba este nombre. Las alcaldías se llamaban delegaciones y el Periférico era de un solo nivel…planta baja … a raz de cancha pues.
No voy a decir que los tiempos pasados fueron mejores, porque ahora que vuelvo de mi autoexilio, encuentro más cosas buenas que malas.
La inseguridad no ha terminado, pero creo que en aquella época era peor, o angustiaba más; el tráfico tal vez siga siendo igual, pero ya hay otras opciones, incluso para el automovilista (ya se pueden embotellar en un segundo o tercer nivel con vistas panorámicas que cualquier embotellado de otra parte del mundo quisiera); muchas, muchas más opciones de diversión, museos, eventos, etc que no se pueden disfrutar por el virus, pero que ahí están…se pueden ver…de lejitos.
Pero uno de los mejores cambios, y que he disfrutado mucho, es que el DF, digo, CDMX, se volvió bike friendly. Todavía la gente te dice, cuando llegas al trabajo en bici, que si no te da miedo que te apachurren… pero ya te lo dicen menos… incluso algún colega también llega rodando y se crea una automática camaradería sin importar que el sujeto sea del OIC, o de RH… si llega en bicla, se le perdona.
La ciudad se llenó de ciclopistas y eco bicis… tiendas de bici y talleres especializados como el de Chu-Cho, que si no le caes bien, te cobra una tarifa por parcharte la llanta y luego en el descuido, otra vez por montarla (abusado el ñor). La ciudad se llenó de gente en maillots y culottes en la mañana, ropa de trabajo en el día y chamarra con reflejantes en la espalda en la noche (y boina si es en la Condechi).
Pero cuánto tiempo va a pasar para que el DF…oh que la… CDMX, se vuelva run friendly?
Y no es tema mío. Hay ciudades que ya ostentan el título, gracias a la inversión en buena infraestructura que conecta zonas mediante senderos o pistas para correr.
El parque de la bola va en buen camino de espacio público dedicado. Pero falta la conexión con otros para crear un sistema de atletismo… eso sería una maravilla que ya merece esta ciudad. Seguimos acostumbrados a ponernos los tenis, salir a la banqueta, ver para los dos lados si no viene coche…y a darle y que sea lo que dios quiera.
Espero que no tenga que volver de otro nuevo exilio para ver algo así.
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